22.2.14

Caídas

Ella manda,el obedece. ¿En que momento me convertí en la espectadora de mi propia obra?
Aun recuerdo el brillo de sus ojos ante mi respirar caótico,ante el silencio de mi dulce agonía oculta. Aun recuerdo la electricidad de aquellos ojos.
Quisiera volver a abrir la misma puerta,volver a recurrir a aquel antiguo templo,naufragar por el mismo océano profundo y azul,como la magia de no arrepentirse ante los momentos imprescindiblemente inesperados.
Ahora se que no encontrare la misma paz eterna en su mirada ajena,no encontrare el electrizante brillo,no sonreiré al saberlo secretamente mio y escuchar su respiración en mi cuello como un lamento.
No seremos recuerdo compartido,si no olvido.
Al menos alguna vez pude sentirlo.Algo mutuo. El deseo largamente reprimido transformado en frenético impulso.

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