Sentía
que la sangre ya no corría por mis venas,solo veía pasar partículas de luz por
mis ojos, pequeñas y furiosas partículas cristalinas y frías. Me estaba
ahogando entre tus brazos y me sentía en paz, me despedía de la vida entre tus
manos y no existía mayor perfección.
Pero
no.
Era
un sueño nada más y respirabas aún al lado mío con tus propias realidades
inventadas en la cabeza… ¿Soñarías acaso también con que yo acababa con tu
vida?
Nos
estábamos matando lentamente desde hacía tanto…
Pobres
enfermos cuerpos… ya marchitos, ya inútiles, ya inertes…
Pensar
que lo fuimos todo, o que al menos creímos en eso.
¿Y
ahora qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario