6.8.14

Ausencias de ausencias

Mis ojos se encienden furiosos, su luz quema invisible con sus llamas de fuego azul y transparente. Otra noche ceniza cualquiera,me oculto tras el humo caprichoso de un cigarrillo más.
Las palabras pesan dentro de mi boca, agonizan lastimeras entre mis labios secos de amores alucinados, entre mis manos vacías de flores. Y cierro el alma y la vida se apaga, una pequeña muerte, una profunda asfixia que se extiende hasta mis huesos.
Tus alas construyen telarañas pálidas en mi memoria, tú risa enciende una vez mas mi angustia acostumbrada, los muertos ya no desfilan frente a mi cuerpo quebradizo.
Tu perfume a madrugada ya no se imprime en mi piel, se escapó la electricidad frenética de tus versos, se extinguió tu silenciosa poesía de mi, y salgo a buscarte todavía, arrastrando mis pasos sobre el asfalto. El amanecer parece no llegar jamás, la oscuridad ha matado la luz de lo que alguna vez llegamos a creer un comienzo.
Y es que el universo se cae a pedazos sobre mis piernas y desaparezco ante tu delirio, entre los cantos desesperados de los ángeles que han sido corrompidos por tu esencia.
Los demonios fueron alguna vez aquellas inocentes esperas de noches cálidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario